En su psicología, los hicieron ver la vida de una forma muy ordenada o se crearon un “deber ser” por lo que vieron y no les gustó. Su debilidad es que son controladores, rígidos, desconfiados e impacientes; y en sus patrones de conducta suelen ser muy analíticos y racionales. Pero también son personas cuya corteza cerebral y el lóbulo frontal están más desarrollados, lo que los condiciona a tener un impulso hacia el futuro y cuando su configuración se combina con sus características sensoriales, emocionales o racionales, su intención se convierte en querer reparar, integrar o transformar.
Incluso, en momentos de crisis, su deber ser los impulsa a superarse. Tienen siempre una necesidad de superación y de evolución, pero muchas veces no saben por dónde comenzar a convertir esa inquietud en propósito.
Suelen ser millenials, generación que tiene un impulso innato por el cambio. No obstante, también podemos encontrarlos entre miembros de la generación X y Y: como jóvenes y adultos reflexivos y preocupados por aspectos espirituales; y por una necesidad de transformación.
Son líderes dispuestos a evolucionar porque se preocupan por cuestiones que van más allá de los aspectos materiales y crean compañías con ventajas competitivas basadas en valores. Persiguen un fin aunque no siempre saben cuál es y a menudo hay otro factor cultural que juega en su contra: los mexicanos, dado la conquista que sufrimos como pueblo, solemos tener dificultades para asumirnos como guías, como líderes, como empresarios.
Pero Naturaleza Humana puede revertir lo anterior y potenciar todas sus capacidades: es la herramienta que los líderes de las empresas con propósito necesitan para evolucionar y convertirse en game changers: experimentar un cambio drástico que les permita resolver el pasado para actuar en el presente con miras al futuro.
Esta evolución va de la mano del encuentro del Alto Ideal, el gran propósito de la existencia del líder: aquello que ha hecho toda la vida, a veces de manera inconsciente, con el afán de provocar un cambio para bien en su entorno. No obstante, el hallazgo de este Alto Ideal a través de nuestros Programas de Neurotransformación es apenas el primer paso, pues una vez que esto ha ocurrido, lo siguiente es dirigir todos los esfuerzos a lograr este fin.
El Modelo Octagonal es la herramienta que permitirá expresar ese propósito superior en un diagrama al que después se puede ajustar el resto de la organización. Una vez que ha sido expresado de esa forma, es posible pasar a la práctica, lo que resulta en organizaciones que funcionan de manera eficiente y que crean disrupción en el mercado gracias a ese Alto Ideal con el que otros se pueden identificar.