¿Sabías que el 80% del valor de las empresas radica en sus intangibles? Hoy día, el valor comercial de la marca y su desempeño se unen al propósito: el respeto al talento, el cuidado al medio ambiente, el desarrollo sustentable, el ser parte del tejido social, generar bienestar para las personas y los mercados en los que se desenvuelven. Se trata de ser una empresa admirada, una meta que alcanza menos del 5% de los empresarios. ¿Por qué?
Porque la visión de los negocios cambia aceleradamente y va más allá de tener una empresa para ganar dinero. Se trata de tener organizaciones con tal reputación en sus audiencias que se vuelven únicas y diferentes, y la gente está dispuesta a pagar un sobreprecio por sus acciones que supera, en ocasiones, hasta 4 veces a su más cercano competidor.
Estos datos que consigna el empresario Salvador Alva en su libro: Ser una empresa admirada, confirman que la empresa que tiene un “para qué”, una razón de existir, es la que garantizará su supervivencia y su crecimiento por el alto impacto que genera en la sociedad.
Pero, el propósito de las empresas no nace por solo, necesita líderes que lo visualicen y que puedan permear a sus colaboradores de ese sentido de que están haciendo mucho más que hacerte ganar dinero. Como en aquella anécdota de John F. Kennedy que al acercarse al empleado que limpiaba los pisos de la NASA, le preguntó: ¿En qué consiste tu trabajo? A lo que el conserje le respondió: “Yo ayudo al hombre a llegar a la Luna, Sr. Presidente”. ¡Eso es inspiración a todo nivel!
Así que en estos tiempos del llamado por consultoras financieras como Deloitte: El Gran Cambio; y de la Era de la Singularidad, no hay empresa pequeña, cualquiera puede resolver los grandes problemas de la humanidad pero se necesitan líderes dispuestos a ello y a inspirar a los que le rodean.
Esos líderes de los que hablamos, capaces de inspirar a otros a cambiar el estado de las cosas son los game changers y tú puedes ser uno de ellos, sea la edad que tengas. No necesitas ser un millennial como hoy en día se cree, solamente debes tener dos ingredientes: curiosidad y disciplina para transformar tu pensamiento.
Naturaleza Humana es la herramienta que los líderes de las empresas reputadas necesitan para evolucionar y convertirse en game changers: experimentar un cambio drástico que les permita resolver –con un método tan rápido como único- el pasado para actuar en el presente con miras al futuro. Esta evolución va de la mano del encuentro del Alto Ideal, el gran propósito de la existencia del líder: aquello que ha hecho toda la vida, a veces de manera inconsciente, con el afán de provocar un cambio para bien en su entorno.
No obstante, el hallazgo de este Alto Ideal a través de nuestros Programas de Neurotransformación es apenas el primer paso, pues una vez que esto ha ocurrido, lo siguiente es dirigir todos los esfuerzos a lograr este fin.
El Modelo Octagonal es la herramienta que permitirá expresar ese propósito superior en un diagrama al que después se puede ajustar el resto de la organización. Una vez que ha sido expresado de esa forma, es posible pasar a la práctica, a la Evolución Empresarial, lo que resulta en organizaciones que funcionan de manera eficiente y que crean disrupción en el mercado gracias a ese Alto Ideal con el que otros se pueden identificar.
En resumen, Naturaleza Humana es el medio para que el líder se encuentre con sí mismo y descubra su Alto Ideal, ese propósito superior que le permitirá dejar un legado al mundo y trascender a la vez que establece la reputación de su empresa al tener una misión y visión: los valores que cualquier empresa admirada debe mantener intactos.