Tocar está bien
¿Cómo sabe si está bien tocar a alguien? Algunas personas son tan reprimidas, desconfiadas, asustadas y con carencias, que a veces, si usted realmente desea tocar o abrazar a alguna de ellas, tiene que reunir el valor suficiente para hacerlo. Cualquier momento es apropiado, mientras usted no dañe ni interfiera con la otra persona de una manera negativa. Es muy conveniente que diga a la persona que usted sabe que no se siente realmente cómoda cuando la tocan, pero que usted necesita hacerlo. […].
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UNA NOTA ESPECIAL: Nunca continúe tocando a alguien si nota que no le gusta, o si no devuelve la atención.
[…] ¿Cuántos abrazos diarios necesitamos? Sydney Simon, autor de Caring, Feeling, Touching, dice que tres; otros dicen que cuatro o cinco. Virginia Satir (ya fallecida), conocida terapeuta familiar, creía que necesitábamos de ocho a doce. Yo pienso que necesitamos tantos como podamos conseguir. Al terminar una sesión en el seminario, pedí a cada uno de los participantes que abrazara a tantas personas como le fuera posible en los siguientes diez minutos y agregué:
-Y por supuesto pueden abrazarme a mí también.
Recogí mis cosas, me giré para hablar con alguien que estaba a mi lado, abracé a dos personas detrás de mí y luego miré a mi alrededor. ¡Debía haber unas cuarenta personas en fila! Aquel día abracé a unas cien personas. ¡Fue maravilloso!
Cuando enseñaba, tras unas pocas semanas de clase, solía recibir un promedio de veinticinco abrazos al día. Y nunca era demasiado para mí. Nunca llegué al punto de saturación.
Sólo usted puede saber qué es lo que necesita en su cuerpo, su corazón y su mente, y sólo llegará a saberlo experimentándolo y haciéndolo. ¡Un maravilloso descubrimiento para usted!
Ejercicios prácticos para el tema “La caricia esencial”
Adaptación de rutinas presentadas por: Dra. María Elena Manning Gil, Universidad Albert Einstein.
Lo importante en la práctica es la persona, mucho más que cualquier rutina. Debes “sentirla” y expresar tu cariño de manera natural. Comunícate: no hables, no rías, disfrútalo tú también.
1. TE QUIERO
- Tu compañero recostado sobre su vientre, en posición cómoda, sus brazos a los lados del cuerpo.
- Comienza frotando su espalda con toda tu palma, tan sólo haciendo contacto y armonizándote con él, tratando de encontrarlo.
- Frota con la yema de tus dedos su espalda. Esporádicamente pasa tus dedos por sus costados.
- Cierra tu mano por su cuello con suavidad y calma. Inicia en la nuca y dirígete hacia los hombros.
- Pasea tu mano por su cuero cabelludo. Termina tocando sólo su cabello, sin presionar hacia el cuero cabelludo.
2. TODO VA A ESTAR BIEN
- Tu compañero recostado boca arriba con los ojos cerrados.
- Acaricia los brazos de tu compañero sin llegar a la mano, hazlo suave y no presiones.
- Cierra tu mano sobre la de él presionándola con suavidad (sólo por unos momentos).
- Toma sus muñecas con tu pulgar arriba y masajea lenta y muy suavemente con todos los dedos.
- Flexiona su brazo. Cierra tus dos manos juntas sobre su muñeca con suavidad y avanza muy lentamente hasta el codo. Regresa.
- Acaricia con tus yemas desde la muñeca hacia los dedos de él y suelta. Repítelo varias veces y termina.
3. SUELTA, DEJA DE ASIRTE
- Siéntate con las piernas separadas y tu espalda recargada en la pared. La cabeza de tu compañero entre tus piernas de manera que puedas maniobrar su rostro con comodidad.
- Toca su rostro con tus yemas con suavidad. Procura tocar todas las partes del rostro.
- Con tus yemas acaricia su frente, incluyendo las cejas.
- Acaricia sus orejas, mejillas y labios. En ese orden.
- Con las puntas de los dedos masajea el músculo masetero.
- Con tus pulgares jala con suavidad sus mejillas en dirección a la boca. Luego al revés.
- Con tus pulgares intenta separar sus labios muy poco y con suavidad.
- Termina cubriendo sus ojos con tus dedos y retíralas lentamente al final.
¿Quieres conocerte mejor? Te invitamos a hacer nuestro diagnóstico que revelará las características de tu personalidad.