Para evolucionar hay que darnos cuenta, pero ¿de qué?

Cuando hablemos de evolución hay que pensar en energía en movimiento, que va hacía delante de manera circular, creando cosas complejas.

Para comprender la evolución hay que cambiar de perspectiva para conocerla a fondo, para esto necesitamos entender 3 fuerzas:

Las fuerzas

  • La fuerza interior: es la que da el impulso necesario para avanzar.
  • La fuerza vertical: es la que ayuda a enfocar un punto específico, va hacia delante.
  • La fuerza horizontal: es la que ayuda a integrar todo lo que existe para que no se caiga lo que hemos construido.

En nuestra vida cotidiana existen personas que toman el papel de cada una de estas fuerzas, la primera será representada por nuestro niño interior, este niño vive en la espera de que alguien más resuelva por él, busca la ayuda externa. Al crecer, el niño se da cuenta que sólo él puede dar lo que esperaba de los demás, resuelve su vida por él. Al madurar y al hacerse cargo de sí mismo, encuentra la fuerza interior.

Este niño busca apoyo en la fuerza vertical para ir hacia adelante a su objetivo, normalmente esta fuerza se encuentra en la figura paterna, que sabe cuál es el camino para llegar a la meta deseada.

Para que estas dos fuerzas funcionen de manera correcta hace falta unión, la que ordene todas las armas que ya se tienen, esta se encuentra en la figura materna, alinea los objetivos, los integra para moverse en conjunto. Estas son las bases de la evolución.

¿Darnos cuenta?

La evolución de la consciencia es darnos cuenta. Hay que entender que hay 3 pasos, 3 dimensiones para hacerse cargo de sí mismo. La primera motivación o el primer paso es para evitar el castigo, después se convierte en conveniencia, la que haces por ti mismo y genera independencia en tus actos y por último la tercera, es cuando diriges tus actos al mundo y a la humanidad.

Parte de entender la evolución es tomar en cuenta que hay dos tipos de interpretaciones en la mente; la mente espiritual o superior y una mente racional o inferior. La mente inferior te ayuda a sobrevivir, se basa en el miedo y se basa en la experiencia material, la superior busca experiencias de amor, paz y sabiduría. Las dos viven en nosotros, son una dualidad que nos da el impulso de evolucionar.

Esta dualidad también se divide en dos estructuras que nos ayuda a interpretar, y estás a su vez se dividen en niveles de consciencia:

Inteligencias

  • Inteligencia sensorial, es la que tienen las plantas.
  • Inteligencia emocional, es la que vive en los animales.
  • Inteligencia racional, es la que vive en las personas, es la que crea juicios.

Estas inteligencias se almacenan en nuestra mente inferior, pero existen tres más que se encuentran en nuestra mente superior.

  • Inteligencia intuitiva, es la parte espiritual del cuerpo.
  • Inteligencia amorosa, es la parte espiritual de la inteligencia emocional.
  • Inteligencia de sabiduría, es la parte espiritual de la inteligencia racional.

Estas son las que hacen el proceso de interpretación posible, son las que conocen el exterior para después traducirlos al interior.

Para lograr esta evolución hay que entender la dualidad que vive en nosotros con sus respectivas consciencias.

Tomar mejores decisiones es elevar el nivel de consciencia, este proceso suena complicado pero el secreto se encuentra en ti, sólo hace falta quién guie el camino, nosotros nos especializamos en subir la escalera de la consciencia, empieza con el primer escalón conociéndote mejor.

Adrián Alavés Aguirre

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